Contaba las palabras y las sílabas;
así como los versos, las estrofas
y el ritmo retratado en las calendas
comprimidas por hechos vaporosos.
Es verdad: La memoria desvirtúa
los detalles y luces de un momento.
¿Será que el versador se equivocó
en la manera basta de su diestra?
Tal vez el verbo atado a los papeles
perezca como viento de un ayer...
Es posible que toda la dulzura
se conserve en destellos y no en grafos.
Autor: Jorge de Córdoba
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