y tal vez ya precise de silencios.
Bien sabes que pagué, por el demonio,
los tragos de cicuta y los asencios.
Los saldos postergados se presentan
a los pies de mi cama cada día.
Las pesadillas merman, se aposentan,
cobrando la promesa y la manía.
No quedan superficies por pulir
ni deudas sin cobrar en la vendetta.
Es hora. Solo resta departir
un trago con el viento y la veleta.
Autor: Jorge de Córdoba
MARAVILLOZO
ResponderBorrarGracias Anaprou Prouvelarie.
BorrarLa pregunta que sigue danzando frente a nosotros es:
¿Queremos ser causa o simple efecto?
Saludos.