vivía convencida de
un futuro
ameno en desafíos y
seguro
gozando su destino
de bribona.
Un optimismo franco
y negligente
la tenía en el
límite de aquello
llamado
conveniencia. Su destello
se apagó tan de
pronto y de repente
que muchos se
creyeron la razón
de una vida
entregada al paraíso.
Porque ella se
expandió, según lo quiso,
al momento de dar su
corazón.
Autor: Jorge de
Córdoba