que tropiezas con fábulas de aceras...
Pregonero no cantes primaveras
ahora que vivimos injusticias.
Abre tus ojos, mira en derredor,
deja las incongruencias del delirio
y calma con tu cántico el martirio
que sume a mi país en el terror.
Pregonero de clásicos acordes
narra con tus palabras armoniosas,
que somos las espinas de las rosas
y los soldados hartos de uniformes.
Lleva, en tu peregrino distractor,
un reclamo por todos los rosales
que quedaron sin agua en los portales
y murieron con tanto detractor.
Autor: Jorge de Córdoba
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