Si no puedo verte, si no puedo verte...
no quiero la vista, ni tantos sonidos.
Se mueren los versos lanzados al aire
en migajas de agua con olas de ausencia.
Si no puedo oírte, si no puedo oírte...
no quiero el oído, ni tantos paisajes.
Se oscurecen lunas en nubes viajeras
que enfrían la sangre con gotas de nada.
No puedo tocarte, no logro tocarte...
se mueren mis manos sin pincel ni lienzo.
El reloj convulsa ya desesperado
sin saber las horas ni tener destino.
Autor: Jorge de Córdoba
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