Se disuelve
la mónada en el suelo
Las campanas
levantan triste vuelo
y aparecen
sonrisas más burlonas.
Los gritos y
plañidos me ensordecen
y la
vendetta estalla por doquier.
Enloquecidos,
matan y envilecen,
prendaron
simplemente a un cualquier.
Los
lincharon en loco desenfreno
acaudillados
siempre por anónimos.
Las madres
se golpean en el seno
y mueren los
matones por homónimos.
En la
vendetta existen reglamentos:
Imposible
aplicarla en desarmados.
Se escuchan
en demencia los lamentos
por los
sellos que fueron fracturados.
Autor: Jorge
de Córdoba
No hay comentarios.:
Publicar un comentario