Si pretendo escucharte sin los sonidos,
lograré que dibujes las emociones
que pintaron tus ojos y tus oídos
sobre nuestro sabor y palpitaciones.
De un tiempo a esta fecha pareces triste.
Acaso no entendiera lo que clamaste
¡pero si me parece que ya te fuiste!
Se mueren los colores sin tu contraste.
Te diría, mi amiga de la distancia,
que el mundo se detiene sin tu sonrisa.
Se secaron las flores de nuestra estancia
y el destino se baja de la repisa.
Autor: Jorge de Córdoba
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