Cansado, el nazareo, declinó
la intención de mostrarnos un ejemplo
de levantar sin pleitos todo templo.
Así que su consigna terminó.
Al ceder la estafeta del futuro
se marchó de la faz de nuestra tierra.
Dejó, como un libreto que se cierra,
las piedras suficientes para un muro
Que, sin embargo, usaron como balas
de cañón en lugar de los peldaños
que serían, después de muchos años,
el sustituto a nuestras negras alas.
Autor: Jorge de Córdoba
Increíble me encanto
ResponderBorrarGracias Raquel. Celebro te haya gustado.
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