No sirve repetirse las consignas
que llevan las palabras tapizadas
de velos e incompletas mascaradas.
Es aceptar que siempre te resignas
rezando que las células benignas
soporten medicinas inyectadas
a la vena. Es morir por las patadas
de piaras regordetas pero indignas.
Escuchamos las frívolas arengas...
y quisiera mostrarles la evidencia
que la historia conserva entre sus hojas.
Te vas, apenas. ¡Dime cuando vengas!
Pretendes repetir la penitencia
y aplaudes a los locos bocas flojas.
Autor: Jorge de Córdoba
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