La poesía es verdad
sin importar su
equipaje.
Nos sacude las
entrañas
con las caricias de
un ave...
en palabras
incendiarias
o saetas de su pase.
Todo versar nos
empuja,
nos aporta, nos
añade;
construye de las
cenizas
la rabia y la paz
del sable.
Nos acaricia de
forma
poderosa por la
calle
y de manera atrevida
sin que nadie le
reclame.
La poesía es
liviana
y no tiene quien la
pare.
La poesía es el
cielo,
es un demonio... es
un ángel.
Autor: Jorge de
Córdoba
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