En San Juan
y al Café de madrugada
Los andantes
parecen tan humanos...
que olvido,
por momentos, a villanos
perdidos
como leche ya cuajada.
Andan
ensimismados en historias
propias de
las jornadas truculentas.
Angustiados
por pagos en afrentas
hechos a los
políticos escorias.
Ya pocos
saludamos al extraño...
y menos les
cedemos cortesías.
Las miradas
tristonas y muy frías
esperando
termine tanto daño.
Autor: Jorge
de Córdoba
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