A los cielos
pedí que se pausaran
las mareas
bestiales en la costa.
Sin embargo,
nos vimos cual langosta
sacudidos
por vientos que rasaran
a casas y
familias; despojando
el futuro de
niños... de comercios...
Nos pagan
con migajas y sestercios
a sabiendas
matan nuestro bando
con el
hambre que impera en la ciudad.
Presentan
las migajas que les sobran
y se
molestan cuando se las cobran
si inquirimos
su vana mezquindad.
Autor: Jorge
de Córdoba
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