sabía que en el tiempo se escurría
la sangre que marcaba el sacro día
de cerrar un capítulo tan mío.
Después de vengador me convertí
en la presa de tantos cazadores.
Nadie debiera ver lo que yo vi
así que, muerte lerda, no demores.
Desde niño conozco la factura
que pagan con las mismas tres monedas.
Para el sepulturero, para el cura
y para el cavador de causas quedas.
Hace tiempo vinieron a buscarme
y fallaron, lo puedo demostrar.
No lograron siquiera despertarme
menos aún consiguieron cobrar.
Autor: Jorge de Córdoba