Declaro que la muerte es prisionera
de los miedos y causas terrenales.
Esta prostitüida, de manera
que secó los santuarios y arrozales
en toda la comarca productora.
Negocio de asesinos y galenos
que con una tiniebla ya estertora
nos dejaron venidos muy a menos.
Si separamos muerte de distancia...
y prendemos las luces de la mente
tendríamos guirnaldas de fragancia
poblando el corazón y nuestra frente.
La muerte es espejismo mal logrado...
es un sendero amorfo que sostiene
la razón del propósito vetado
y goza de un pesar que va, que viene.
Autor: Jorge de Córdoba
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