El murmullo estruendoso de cantina
se refleja en pasillos y butacas...
pues ha muerto Raquel, de manos flacas,
ojos sumidos, piel seca, opalina.
Otra madre perece en su miseria...
abandonada, cual semilla rota.
¡Perdone presidente si en la histeria
lo señalo al matarnos gota a gota!
Después que falleció, llegaron manos
a levantar aquel despojo en vida...
pues la mujer de llanto y gritos vanos
partió con su bebé ya sin salida.
Autor: Jorge de Córdoba
Jeremias 31:15 “…Se oye una voz en Ramá, lamento y llanto
amargo. Raquel llora por sus hijos; rehúsa ser consolada, por sus hijos que ya
no existen.”
Buenas letras que conmueven, cualquier suspiro está lleno de talento para ti. Besos y un abrazo
ResponderBorrarGracias Tere por estar entre líneas. Un abrazo
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