Si somos los testigos del eterno,
o tal vez, del reloj las manecillas...
entendemos que todo es un infierno
y eludimos las cosas más sencillas.
Nos visten los pecados de los muertos
y somos una voz desfigurada
que patenta grilletes de libertos
convertidos en prueba superada.
Describimos sentidos y nociones
también las sacudidas y suspiros.
¡Ya vendrán los recuerdos de ocasiones,
de tinta, de pasión y de papiros!
Autor: Jorge de Córdoba
Para mi hermano Carlos Ibáñez
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