Se agendan pesadillas en la patria
cansada y sabedora de sus males
que gangrenan entrañas y deseos.
El barco se desplaza al arrecife
condenado a hundirse sin remedio
atando pasajeros a la borda.
Somos sacrificables al político
que bebe nuestra sangre sin medida
ni vergüenza. Quemando nuestras naves.
Ignoran los señores que primero
se salva a las personas y después
a sus carteras, propias de ladrones.
Autor: Jorge de Córdoba
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