¡Bendita la costumbre de enterrar!
Ya que fosas comunes nos rodean.
Los ataúdes siguen sin cerrar
y los números crecen, nos marean.
El agosto, el negocio de la muerte,
que sube cada día, nos acusa
de ser cómplices mudos de una esclusa
que atestigua el final de toda suerte.
El matar periodistas a granel
se ha convertido en algo cotidiano.
Se escuchan los acordes en un piano
hundido entre los restos de un tonel.
¡Entonces, que prosigan los entierros!
¡Que a México le sobran periodistas!
Muestran aeropuertos que sin pistas
evaporan verdades... quitan cerros.
Autor: Jorge de Córdoba
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