Si
supieras, mi hermano, si supieras
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que se
escapa la paz de nuestros templos.
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Pudiera
describirte con ejemplos
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el
dolor en el claustro de las fieras.
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Oh, mi
buen Capitán, el continente
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se
convulsa de forma tan extraña...
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que se
mueren los brotes de la caña
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y se
desaparece nuestra gente.
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En mi
cuello pintaron una diana
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y la
amenaza duele e incomoda
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a tal
grado que brindo con la soda
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pensando
en la vendetta siciliana.
Autor:
Jorge de Córdoba
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Entre Pensares y Vendettas
jueves, 9 de noviembre de 2017
Bajo amenaza
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