El dios de los hebreos sigue ciego
o simplemente dado a complacencias
puesto que, por sus celos, no lo niego,
me parece un ególatra en creencias.
El dios de los católicos, lo mismo,
nos regala albedrío y nos patea
las posaderas siendo un eufemismo
de palabra que solo te marea.
El cruento sincretismo japonés
pareciera sensato en estos días.
Siempre es mejor sentir en lo que ves
y agradecer los retos o alegrías.
Por cierto, que mi dios no pide plata...
ni reclama atenciones incesantes.
Mi dios no me amenaza, ni me mata
si profeso el amor de los amantes.
Autor: Jorge de Córdoba
Es irónico, Dios es una idea idea diferente para cada uno... El mío es el padre más amoroso
ResponderBorrarNo. La idea diferente la tiene un dios misogino, egolatra.
BorrarHay que ver en qué dios creemos.
Mientras un pide que que le hagan reverencia... y se dice "Celoso"
hay otro dios que todo lo ama.
¿A cual le rezamos?
La religión es en el individuo una disposición - tendencia psicológica de deseo, confianza, expectación o incertidumbre; que bien se puede resumir en la búsqueda de una respuesta a todo lo desconocido -intrínseco o extrínseco a toda verdad -. Así las cosas, el sincretismo japonés es opción, en tanto que satisface las necesidades de una colectividad sin crear enfrentamientos bélicos. Un placer leerle.
ResponderBorrarAl buscar respuestas... no siempre encontraremos lo que se espera. Sin embargo nuestra consigna es precisamente buscar. Gracias Sibila por estar.
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