Eres mi Jezabel de tentación...
mi pecado y mi causa desmedida.
Lo contrario a la paz en la inacción
y todo mi pasaje a la otra vida.
Eres de lo corrupto, lo gentil...
en la fuerza, lo magro y desmedido.
Profanamos papeles del atril
quemando nuestros cuerpos en su nido.
Si las legiones mueven nuestras flamas
y se alejan los ángeles de tantos...
veremos redimir en nuestras camas
los dulces y martirios de los santos.
Autor: Jorge de Córdoba
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