Ahora que no sobran ni las fuerzas.
Ahora que no entiendo de alborozo
es cuando nuestra aljaba se ha
llenado
con saetas que pueden dar apoyo.
Aprendí que ladrarles es peor,
si pretendo ser perro heterodoxo.
Resulta que ya saben de morder
y dicen que no grite, por que
trovo.
Entonces, la experiencia no me
sirve,
si tengo el corazón molido y roto.
Jamás nos explicaron de ruletas
en este continente de reposo
que antepone el placer a toda lucha
y regala derechos sobre el oro.
Fueron muchos despistes por
costumbre:
Confundimos el reto con piropo
aceptando que somos inferiores.
Dejaron a los cuerpos como abono
solo por intentar subir la escala.
El doblar nuestra espalda y nuestro
lomo
no se permite en estas
sociedades...
Quieren embrutecernos con el dolo
de préstamos hinchados de
intereses.
Levantamos la voz un tanto flojo...
cuando necesitamos sacudirnos
con menos cobardía ante el ahogo
que sentimos al vernos humillados.
El tambor de batalla sigue bofo
y quiere ser tensado en el valor
de nuestra raza. Piedra, sol y
lodo.
Estamos apostando a la sordera
apostando a lo lerdo y a lo loco.
¡Dejemos de jugar al escondite
tenemos muchos “Pedros con su lobo”!
Autor: Jorge de Córdoba
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