Te desaparecieron, alma Grande,
a fuerzas de silencios y traiciones.
De repente se callan las canciones
por la vergüenza dura que se expande.
Se perdieron las Musas en las fosas
y el gobierno no sabe ni que hacer...
Ya resulta un peligro ser mujer
en este desbalance de las cosas.
Mis hermanas, mis madres, mis amigas
se apuestan la existencia eternamente...
Es hora de mirar con nueva lente:
si temes, te suplico, me lo digas.
Autor: Jorge de Córdoba